-¿Estás escribiendo?- preguntó sorprendida.
+Sí, ya era hora después de tanto tiempo…
-¿Y qué escribes?
+¿Te digo la verdad? Escribo sobre ti.
-Mm, ¿puedo leerlo?
‘’Helena, hoy me han dicho que te vas, que te vuelves a marchar… Es duro, sé que no nos volveremos a ver hasta el próximo verano, pero sé que tengo que ser fuerte, y tú más que yo, porque tienes un pequeñín que cuidar.
Hazme un favor, disfruta de la oportunidad que tienes de estar allí, que es una gran experiencia. ’’
Ella sonrió.
-Gracias, pequeña.
+¿Por qué?
-Por ser como eres.
+Pero si tú eres perfecta…
-La perfección no existe, querida.
+No estoy tan segura.
-Tengo que irme ya al aeropuerto...
No contestó. Una lágrima recorrió su mejilla y Helena se dio cuenta de ello. Abrazó a su pequeña tiernamente, le dio un beso en la frente y, antes de irse le susurró:
-Tienes que ser fuerte, ya lo sabes. Se pasarán volando, lo prometo.